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jueves, 2 de febrero de 2012

Escucho a Tchaikovsky

Escucho a Tchaikovski, pero es como si él me escuchara a mí.
¿Qué alma suena cuando escucho a Tchaikovski?
La suya y la mía son cosas efímeras,
Apenas un accidente del paisaje.

Pero la música se oye,
Como el viento que sopla al paisaje,
Y lo hace visible a los ojos,
Que duermen apenas,
Antes de ser remecidos.

Escucho a Tchaikovski,
Pero no percibo trabajo alguno en su pieza,
Que suena como el paisaje,
Cuando se agita bajo la mirada,
De quien no sabe si escucha o si ve,

Como no saben los ojos que cruza,
A través suyo río transparente,
Apenas descubriendo,
Un alma en cada cosa.

Gracias Tchaikovski,
Que viste en mí,
Cosas que aún no había yo descubierto,
Y tal vez tantas otras ocultas,

Que algún día descubriré,
En la mirada vacía,
De la arcilla del mundo.